En octubre del 2003 hice una de esas cosas que alguien sólo hace (siendo como soy yo) cuando está un tanto bloqueada. Me marché en un crucero que salía de Barcelona  con viajes Pullmantour «el Oceanic»…y me lancé a esta aventura…YO SOLA.

 Fue una experiencia en medio de ninguna parte pero que como otras tantas experiencias me resultó en cierto modo enriquecedora.

Recuerdo la cara de mi madre (todavía vivía) cuando le dije que tenía la intención de hacerlo….Mi padre había fallecido hacía menos de 2 años y ella veía que su hija seguía intentando encontrar «su camino». Le vendí la idea para que estuviera tranquila y no le preocupara nada, muy bien: que si lo había hablado con hermanos y me animaban, que si es un hotel flotante » muy seguro» y que si era una manera de conocer gente….Bueno pues me fui.

Salimos un domingo 6 de octubre del Puerto de Barcelona. Haríamos escalas con sus correspondientes excursiones a Malta, Sicilia, Roma, Florencia y Villefranche y regreso a Barcelona el domingo siguiente.

En la primera noche ya conocí a una familia de catalanes absolutamente encantadora y a una chavala de Andorra y su madre. Eran mis acompañantes de mesa «asignada para todo el crucero» además de un «señor» mejicano que iba ….a lo loco y nos pasamos muchas risas con él y el tequila que llevaba en la maleta desde su país.

La segunda noche me invitaron a cenar en la mesa del capitán…que sí, como lo estoy contando. Y supe que me eligieron porque como «espía» en las colas al embarcar estaba la relaciones públicas del barco fichando y le llamó la atención mi personita porque era una chica que iba sola, dicharachera y que lo preguntaba todo con una sonrisa y «algo» de cara de susto.

La tercera noche…iba a ser noche de cena tropical..pero…marejada fuerte (y segun las tripulación…»muy fuerte» y mejor no os cuento cómo fue la noche…..Creía morir atendida por un camarero en el camarote….(nota: el personal maravilloso) y cuando me asomé al pasillo TODO el mundo por los suelos con bolsas en la boca…un show…jaja…Sólo os digo que al final yo recurría a bolsas del Corte Ingles porque ya no quedaban, los baños de los camarotes por los sifones rezumaban agua por culpa del  oleaje…vamos…todo menos Fiesta Tropical.

Continuará…